sábado, 15 de septiembre de 2012

Im back.

Cuando todo termin, cuando el año de tu vida se pierde entre la lluvia de parajes más verdes, cuando tus amigos y familia se resume a facebook . Cuando los colores de las sombras son tan brillantes que duele hasta mirarlos . Entonces es cuando te das cuenta de que has regresado.
Pero la vida continúa , dejando una espina en forma de trébol en el corazón , pero continúa ...
Dulce aroma a algodón de azúcar , luces de colores, y una multitud de rostros conocidos , noches de insomnio y resacas , risas , y erotismo en botellas de vodka.
Y luego un nuevo curso ,  el estrés rutinario , y las caras desconocidas, y nuevas amistades en el punto de mira , Sonrisas y pestañeos  , nuevas dudas , nuevos miedos,  nuevos amores.
 ¿Alguien se apunta a vivir?

jueves, 12 de abril de 2012

Esta historia, fue escrita por mi , hace mucho, mucho tiempo.

Cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo era una espera insufrible para el escritor danés.         
Se enfrascaba en su lectura para  intentar que  algo  lo inspirase, pero nada hacía estallar en su interior la llama que en su juventud le había llevado a ser quien era, Dann Claude, el escritor más famoso de su época, y ahora consumido por el tabaco, ojeras que le daban aspecto de ser sin vida, su pelo, antes negro yacía opaco sobre su cabeza, mientras su cerebro acumulaba ideas sin final en un repertorio de papeles destinados al olvido.
Su profesión había sido su vida, le había mantenido fresco durante todos sus años de soledad, se había creado su propio  mundo a base de papel y tinta, pero ahora que todo ello quedó en el pasado, aquel escritor despojado de su única arma, estaba encerrado en un cuchitril de media monta intentando sacar a flote lo que quedaba de su arte, de su vida en sí.
Se levantó haciendo un sonido sordo con su silla, y se quedó así sumido en la oscuridad viendo caer la tarde de una ciudad que lo había olvidado , pues ya nadie se acordaba de sus grandes obras de piratería, ni de sus novelas romanticonas, bien puestas.
Así que Dann Claude, dio por terminada su vida. Aun le quedaban muchos años de existencia por delante, pero sería la de un viejo al que los años le pasarían lentamente, sin nada más que hacer que la rutina diaria de despertarse alimentarse ,un buen libro y dormir.
Su vida se había basado en la literatura, era un hombre culto sí  señor, y había escrito como ningún otro hasta ahora  que su final estaba marcado.
Había intentado por todos los medios, alargar más ese momento, sacar de donde no había, alguna palabra que encajase con otra, algún tema que le reavivase y continuase para escribir 20 folios más, pero no Dann Claude había perdido esa capacidad. Estaba viejo, no tan viejo como para morir, pero para morir por dentro sí, había perdido lo único que le hacía seguir, lo único que sabía hacer en esa vida, y para él era todo..
Cogió su chaquetón de cuero gris, y salió a la calle, un cigarro en la boca que ya ni percataba el sabor a tabaco, andaba por la ciudad cual perro callejero, dejando que el aire infectado por la contaminación moderna le entrase por la nariz, miles de carteles de colores chillones estropeaban el ambiente urbano.
¡Compre, Use, Venga, Vote!
Hacía tiempo que Dann no compraba ningún objeto, hacía tiempo que Dann nunca usaba ningún producto extraño, hacía tiempo que Dann no iba a ningún lugar especial, y sobre todo hacía tiempo que Dann no perdía su tiempo votando a cualquier estúpido que daba falsas ideas con la mera intención de tener un país a sus pies y llenarse los bolsillos con estúpidos  billetes verdes.
Dann miraba todos los carteles sin prestarles atención ya que todos eran similares, colores amarillos fosforescentes, rosas que dañaban la vista, y letras enormes que no te decían nada.
Todos los carteles eran así, excepto uno, uno que le hizo a Dann detenerse.
El cartel era negro, con letras blancas, un cartel de lo más sencillo al que nadie hubiera leído.
Era un cartel que ofrecía clases, clases de Magia.
Al leer el contenido Dann se echó a reír, no creía en la magia por supuesto, era un engaña bobos.
Después de caminar un par de metros, Dann empezó a darle vueltas a eso de la Magia, era algo extraño, si una estupidez como cualquier otra quizás, pero una estupidez diferente.
Al final, se dio por vencido, no tenía otra cosa mejor que hacer.
Retrocedió sobre sus pasos y palpó sus bolsillos hasta encontrar un bolígrafo.
Escribió el número y la dirección, con letras toscas y feas sobre su mano izquierda,  era escritor pero había que reconocer que tenía mala letra.
Dann le preguntó a una transeúnte donde se encontraba dicha escuela, y se encaminó sin mucho interés hacía allí, iba con las manos en los bolsillos,  el cigarrillo ya apagado y tarareando  una canción que algún anuncio de televisión había adueñado como suya.
Cuando llegó a la dirección, era una casa normal y corriente,  de dos pisos y como indicación solo ponía. Magia aquí.
Dann llamó a la puerta, y un joven vestido de pierrot montado sobre un monociclo le abrió, Dann casi no pudo esconder su sorpresa, el corredor era un completo universo, las paredes eran negras, y el suelo era un espejo, que reflejaba los planetas y estrellas que habían hecho colgar del techo, parecías andar sobre el vacío, era increíble, todo esto se fue almacenando en la memoria de Dann, sin que él se diese apenas cuenta.
Al final del pasillo se encontraba un hombre, vestía  una camisa negra bastante ancha, y unos pantalones azules largos y ajustados, Dann no se fijó en su calzado, su pelo era largo le colgaba sobre los hombros  , negro como el carbón.
Con una sonrisa le invitó a pasar.
Era una sala grande, extensa con dos grandes ventanales, dejando que una gran cantidad de luz entrara por ellos, nada más pasar al lado del ventanal, se veían unas grandes antenas parabólicas, daban aspecto de robots que se habían aparcado en aquellos tejados,  gran mente de escritor como deforma la realidad, pero para Dann, esas antenas, siempre serán robots. En la sala se encontraban una chica de no más de 20 años que llevaba un vestido blanco y zapatos de charol rojos, su cabello era rizado y pelirrojo y una hilera de pecas le cubría la nariz.
También estaba el chico vestido de pierrot, y otro que estaba sentado en una silla jugueteando con lo que parecía una bola de luz.

-Bienvenidos a la academia de arte mágico, para usted, señor Claude es su primer año, es nuestro único primer alumno pero no se preocupe, si se aplica conseguirá seguirnos el ritmo, y para ustedes 3, ya los conozco lo suficiente.-
La voz del hombre era grave pero a la vez suave, inspiraba confianza.
En ese momento, hizo un gesto con las manos para indicar que se levantasen, los chicos de su lado se pusieron unos guantes que ya parecían tener de antemano.
Los suyos, estaban colocados  detrás de él, se los puso, eran suaves y ligeros, permitían mover las manos con facilidad.
Los chicos empezaron a practicar asombrosos trucos por su cuenta, mientras el maestro iba acercándose poco a poco.
-Hoy le daré una clase especial a usted, para que pueda seguirnos, esto le gustará ya verá, lo primero que tiene que saber, es que esto no es como la ciencia, alguna vez usted realizará un truco, y ni usted sabrá el mecanismo de el mismo, por supuesto que todo tiene una explicación científica pero es tan compleja que ni el propio mago sabe como es, el mago simplemente la realiza y la expresa de forma bella, por eso es extraordinario-
Dan anotó este discurso en su memoria, le pareció sacado de una novela.
El maestro le mostró uno de los trucos mas sencillos de su cosecha,  el cual dejó impresionado a Dan , pues el perfectamente vio , cómo su moneda pasaba de estar en su mano derecha a la izquierda, y sin mover ni un músculo.
El maestro sonrió al ver la cara de asombro del escritor, y le explicó el mecanismo del truco.
Al entenderlo ya no le parecía tan asombroso, y pudo realizarlo con total facilidad.
Dann aprendía rápido, y todo aquel mundo nuevo recién descubierto lo fascinaba, el maestro se sentía complacido ante tal avance, Dann ya no se sentía al fin del mundo tras acabar aquella clase, todo tenía un nuevo color todo tenía una nueva manera de ver las cosas.
Y por primera vez en mucho tiempo volvió a sonreír, no de gracia, si no de felicidad y de satisfacción consigo mismo. No solo eso, si no que se dignó a ir a una cafetería a tomar café del malo, algo que jamás había hecho, que ¿Por qué lo hizo? Pues porque le dio la gana.
Llegó a casa siendo uno nuevo, y de repente una ola de entusiasmo le invadió por dentro, se puso frente a un espejo, y realizó  sus nuevos aprendizajes, rió delante del espejo, y aquella imagen le impactó. Veía aquel cuerpo viejo y serio reírse cual niño al aprender a leer, cualquier persona al conocer la belleza de la vida. Se vio a él mismo cuando publicó su primer libro.
Se sentó delante de su máquina de escribir, y escribió, empezó a escribir, las palabras le salían solas, y ¿saben ustedes sobre que escribió?
No, no escribió sobre la magia, no escribió sobre la academia. Si no que empezó a escribir sobre el hecho de la felicidad, de cómo se siente uno, empezó a escribir, un libro, no era un libro con el que quisiese ganar dinero, escribía por el mero placer de escribir, por el hecho de la felicidad que le propagaba aprender algo nuevo, y por la satisfacción de saber, que no estaba acabado.
Ese borrador lo tituló: Segundos & Sensaciones.
La portera del edificio se extrañó al verlo salir radiante y con energía por la puerta del edificio un lunes a las 4 y media de la tarde.
-Buenas tardes señora Shuds.- Realmente estaba muy animado.
Mientras caminaba hacia la academia, empezó a pensar en sus compañeros, era maravilloso ver como realizaban aquellos trucos con tal facilidad, la magia era una actividad que te hacía desaparecer del mundo real, quizás por eso le gustaba tanto a Dann, porque tal vez se asemejaba algo a la escritura, la escritura también daba esa sensación, también te hacía despegar los pies de lo posible para adentrarte a lo imposible. Es como  un sueño, tú en un sueño dentro de tu cabeza eres libre, Libre, puedes hacer todo cuanto desees sin que nadie te ponga limitaciones, por eso estos dos artes ; la magia y la escritura, eran a la vez tan diferentes pero iguales al mismo tiempo.
Estaba tan enfrascado en sus pensamientos que casi se le pasa la calle de la academia.
Entró dentro y el maestro estaba enfrascado en una discusión con un hombre  alto y erguido, y  con chaqueta larga de pana. Parecía bastante enfadado.
El hombre era joven no sobrepasaría los 23, tenía una expresión de ira en la cara y fruncía el ceño, esto deformaba su cara completamente, daba miedo.
En cambio la expresión del maestro era serena, y pacífica.
Al final, el hombre por pura desesperación,  clamó un grito de guerra, y salió de la academia, casi tira a Dann escaleras abajo.
Dann miró con intenciones de respuesta al maestro, este las interpretó correctamente y le explicó, que aquel tipo fue uno de sus alumnos más brillantes de su academia, pero que la ambición de fama y poder le había llevado a hacer cosas macabras y peligrosas. La magia es un arte, con explicación científica, pero aquel hombre había llegado al límite. ¿Qué cual es límite diréis?
El límite, El límite de todo, la vida, y la muerte.
Nuestro escritor no se lo creía pero quería saber que hacía semejante personaje alterando el orden de las cosas en la academia.
El maestro le contó, que lo echó de la academia, porque había intentado darle vida a un cuerpo inerte con la vida de otra persona,  y hasta ahí puedo contarle, no quiero que se enzarce en este maldito juego que jamás debió empezar.
Dann se reía por dentro, era todo tan sumamente estúpido, así que ignoró todo lo que le había contado su maestro, y se centró en  la lección que se le estaba enseñando, mirando a veces por la ventana, para ver si aquellos robots metálicos despegaban de allí alguna vez.
Ese día trabajaban el ilusionismo.
Era tal belleza la que se puede contemplar a base de ilusiones, un sueño visto desde lo real, una  vida florecer de la nada, que luego con un mero suspiro o un sorbo de té, desaparece por completo.
Aquello fue lo que convenció a Dann, de que aquello era un arte, verse a el mismo haciendo florecer arcoíris de luz de sus propias manos era sublime.
Eran sensaciones que merecían estar en  su proyecto. Las escribía con afán, y hasta había veces que no se era capaz de explicar que  lo que estaba viviendo.
En aquel bosquejo, también añadió vivencias, Segundos, si segundos, segundos en los que había  experimentado esas sensaciones. Porque a cada segundo de vida es diferente, y depende de las circunstancias, del lugar donde te encuentres y con quien lo pases, un segundo puede valerlo todo o no valerlo nada.
Como cuando estás en el sitio más horrible de la existencia, pero estás con esa persona que te hace sentir bien, que, a cada momento sublima la existencia, que hace que el sabor de la vida sea menos amargo y que sabe leerte el pensamiento, hace que todo se vuelva bonito y azul.
O simplemente, una mañana entre libros, música y té que cualquiera puede disfrutar. Porque la vida realmente es eso para alguien que aprecia el arte, libros, música, gente y té.
Se quedó dormido sobre la máquina de escribir, dormido y feliz, muy feliz.
Sus sueños revolotearon a través de los últimos días, el discurso del maestro el primer día, las antenas que parecían robots  y la expresión demoniaca del ex alumno, se sentía viviendo una novela escrita por otro, y eso era Fantástico.
Se despertó a media noche entre sudores fríos, no sabía qué era lo último que había soñado, seguramente todo se había derivado y habría acabado teniendo un sueño ligeramente movidito.
Se despertó y se acercó a la cocina, se preparó un té. Se sentó en su mesa de trabajo mirando por la ventana el viejo Copenhague, bañado por una luz oscura casi mortecina que propagaban farolas con luces de neón.
Por primera vez en su vida se lamentó no haber encontrado a esa persona especial con la que compartir esos momentos.
Incluso una vez llegó a creer que la había encontrado.
Se llamaba Sarah, era una chica que amaba vivir, que le sacaba una carcajada por cualquier comentario , que conseguía que Dan, dejase de ser el tipo serio que siempre fue, aunque fuesen por unos minutos y que se transformase en el mas alegre e los hombres, pero la desgracia del destino hizo que se quedase muerta en vida,  trombosis cerebral, la dejó sola y sin sentir ,sin respirar por ella misma, y no la dejó vivir a su lado.
Pero Dann ya la había olvidado, hacía 20 años de aquello.
Y allí se quedó observando la ciudad, hasta que el sueño volvió a él, y terminó metiéndose por fin  en la cama a esperar a que el amanecer diera comienzo a un nuevo día.

Esa mañana fue a la biblioteca, hacía tiempo que no se leía un buen libro, con esto de la academia se había olvidado de sus viejos hábitos, mirando entre volúmenes encontró uno que llamó su atención, ya se ha convertido en película incluso, pero dicen que es muy bueno, puede leérselo desde una persona de 14 años hasta una de 83.
La elegancia del erizo.
Bonito nombre, realmente tenían razón las críticas, y le gusta bastante ese estilo ya que te cuenta una vida real, de forma que te hace pensar las cosas, te hace ver la belleza de algunas situaciones que nunca te habrías percatado, lo bonito de los movimientos naturales, el paso del tiempo, y una gran cárcel a la que todos estamos destinados
Más tarde salió de la biblioteca y se sentó en un banco, y se limitó a observar a la gente que pasaba, y a analizarlos.
Primero pasó un grupo de jóvenes, chicos y chicas de 14,15 años, cada uno tenía un estilo propio, algunos serían unos hipócritas, que se reirían ante el hecho de que alguien piense en la magia de un modo diferente a un espectáculo, o de manera que piensan que  todos ellos tienen que estar etiquetados a algún estilo.
Pero hay más, hay otros que todo eso les da igual, que no critican pero tampoco les importa ser criticados.
Pocos de los jóvenes actuales, se dedican a lo que realmente les gusta y se muestran tal como son,  y los que lo hacen a veces tienen problemas, pero saben salir de ellos, y aunque se sientan despreciados, encuentran a sus semejantes, es así el ciclo de todo, acabas encontrando a esa gente que te ayuda a seguir, aunque nunca, entiendas por qué se encuentran ahí contigo.

Después Dann observó a unos empresarios, tan serios ellos con su traje y corbata, maletín en mano, y siempre con prisa, caminando hacia quien sabe dónde. Para Dan, estos siempre serían la viva imagen de los hombres grises de la serie y libro infantil “Momo” , organismos serios solamente creados para obedecer órdenes.
La gente seguía pasando, cada uno en su mundo y lugar.
Algún que otro vagabundo, que hacía que se te encogiese el corazón, y gente despreciable que iba restregándote su superioridad por encima de todo.
Entonces vio pasar a la chica pelirroja que se dirigía a la academia.
Ahora que lo pensaba no sabía el nombre ni del maestro ni de ninguno de sus compañeros.
-Eh!, señorita…-  No sabía cómo llamarla. Ella sin embargo se giró.
-Bea, llámame, Bea.-  
Dann nunca la había oído hablar, su voz tenía un acento extraño, no debía ser de aquí.
Como si le hubiese leído el pensamiento, le contó que era de España, de Madrid para ser más exactos.
Caminaron juntos hacia la academia, y como llegaron pronto se fueron a la cafetería de la esquina, donde la conversación de sus vidas fluyó  , como por arte de magia , que irónica expresión ¿No?
Ella había leído una de sus novelas, y también le contó, que había empezado a hacer magia , porque su padre , era ilusionista, y vino aquí a Dinamarca,  a efectuar sus Shows, y que ella había venido aquí con la intención de volver a verle, todavía no había encontado nada, pero pensó que haciendo magia quizás le resultaría más fácil.
Bea se rió, al escuchar la historia de  por qué Dan comenzó con el ilusionismo.
Cuando se hizo la hora ambos entraron en la a academia a proseguir con sus clases.
Entraron uno después de otro, Dann se quedó mirando las antenas, cada vez le parecía más, que eran auténticos robots.
-Vamos a preparar el espectáculo anual por navidad- Dijo el maestro.
-Este año, van a venir muchos especialistas, lo mismo este año tienes suerte Bea.-
Bea sonrió esperanzada.
Todos los componentes de la  escuela académica, ensayaban ilusionados , sobretodo Bea,  se la veía radiante, sus gestos eran gráciles y prácticos, sencillos pero bellos, expresaba tal facilidad en este punto, que el movimiento del mundo en general, se hubiese quedado desfasado viendo moverse a aquella criatura salida de entre las cenizas cual fénix.
Dann, estaba emocionado, por primera vez en su maldita vida, sentía, que un cosquilleo le mataba por dentro, aun quedaban varias semanas para  el gran día, y se sentía como un jovenzuelo, a sus 40 y muchos años de edad,  era la sensación de estar vivo.
Durante aquella primera sesión, hablaron sobre qué quiere ver el público, que pueden trasmitirle, de manera qué, sientan lo que ellos sienten en este momento.
Dinamarca era muy grande, y vendría mucha gente, hay que impresionar, decía el maestro,
Aquel hombre era un hombre extraño, quizás algún día escribiría sobre él, sobre su aspecto y sobre sus orígenes, era un hombre elegante, y a la vez sencillo. Pero sobre todo impresionante.
Dann, se ofreció voluntario para realizar el espectáculo de ilusionismo, luces de colores, bonitas estrellas caminando, será precioso.
Mientras todos practicaban el maestro no estaba en la clase, físicamente si ,pero su mente estaba en otro lado, algo lo preocupaba, y Dann lo sabía, pero no se atrevía  a preguntar.
El era un hombre serio por favor, ya se había desmadrado lo suficiente, viniendo a estas clases, muchas veces pensaba en su reputación, en la idiotez que estaba haciendo, pero no podía dejarlo, porque si no, segundos y sensaciones quedaría vacio.
Marchó a casa, estaba dejando de fumar, así que se sentó delante de su vieja Olivetti y  se metió un par de chicles de frutos silvestres en la boca, se quedó mirando el envoltorio, era morado con letras negras y verdes al lado de un par de frutas que no eran silvestres ni nada, a saber que contenía, miró la perfección de la caja, seguramente estaba medido con exactitud ¿por qué tanta perfección en este mundo?
Nada tiene que ser perfecto para ser bello, la perfección es tosca, basta, simple devastadora, fría. Como todas aquellas dulces princesas de la televisión que ven las niñas pequeñas, esos prototipos de perfección que  son mas horribles que una perfección particular.
Cada uno tiene su perfección , los defectos son los que nos hacen perfectos, cada uno tiene un detalle abstracto que nos hace ser perfectos, ya sean hoyuelos , gafas, o una risa un tanto extraña, que enamorará a otro extraño en algún espacio temporal de nuestra vida.
A veces Dann, cuando se ponía a pensar, se pasaba  mucho tiempo de esta manera, y si él se hubiese dado cuenta, hubiese demostrado varias cosas, pero por vergüenza o por ingenuidad, no lo hizo.
Volvió la vista al papel y a su vieja compañera de escritura,  comenzó a escribir, los nuevos  segundos de su día, y cada vez más sus dedos correteaban por las teclas, dejando marcados los momentos para siempre, para siempre.
7 y media de la mañana, Dann recibe una llamada de su agente.
Le estaba ofreciendo una entrevista con la televisión, ya que lo tomaba como un fracasado, pero Dann se negó, no era ningún fracasado, él seguía siendo quien era , y por nada del mundo , vendería su dignidad a la corrupta televisión, que transformaba cualquier cosa del mundo , en negocio y dinero  y Dann, no contribuiría en ello, estaba harto de esta sociedad, harto de la de gente que no sabía otra cosa que hacer que  repetir  lo que decían unos pocos, y le parecía espeluznante, ya no existen las ideas, pensaba Dann, ya todo el mundo que dice de ser anarquista, es alguien que no conoce ni a Sebastien Faure o sigue pensando que sería un sistema de gobierno sotenible.., como aquel que dice de ser republicano, no entiende que eso no solo significa estar en contra de un rey o monarca, si no varios ideales, y hay varios tipos de republicas, porque ningunas ideas son completamente iguales, si no que todas, todas son distintas pueden tener una base en común, pero nunca puede haber dos personas que piensen igual.
Por eso él, pronto se salió de los grupos políticos, de joven era un protestante revolucionario, pero poco a poco se dio cuenta de lo estúpido de la situación así que se salió del círculo de gente que se dedicaba a armar jaleo por unas ideas que ni siquiera eran las suyas.
Dann notaba, que a cual mayor era, más se daba cuenta de las cosas y se reprochaba no haberse dado cuenta antes, porque todo hubiese sido más fácil, si todo ello lo hubiese sabido más al principio de su vida, se habría evitado cometer tantos errores como ha cometido.
Dann estaba nervioso, le ilusionaba la idea de actuar ante miles y miles de personas, le ansiaba la idea de triunfar en algo nuevo, de salir de la limitación de la escritura, por eso aquella noche no pudo dormir, aunque quedasen unas semanas para la actuación, el sentía que en medio suspiro estaría subido en un escenario realizando algo, que jamás de los jamases se habría imaginado haciendo.

Pasaron semanas, y a los 2 días antes de la actuación todo estaba perfecto, y  pulido al máximo, todos estaban felices, los 2 chicos con los que Dann, los meses que llevaban allí no había hablado, y Bea, y sobre todo el maestro, que parecía haber olvidado, aquella incógnita preocupación que le traía de cabeza hace unas semanas.
Las antenas parabólicas parecían más reales que nunca, que  a Dann le daba la sensación de que algún día de estos iban a despegar del tejado, y salir por los aires.
Dann, iba a llevar traje de mago, sombrero de copa traje negro camisa blanca y pajarita, guantes, blancos sedosos como aquellos con los que realizó su primer truco y como ilusionista que había llegado a ser, se sentía orgulloso.
El último día antes de la actuación haría 2 meses que empezó su guía de segundos y sensaciones, estaba quedando tan repleto de vida, que parecía que en algún momento iba a marcharse por su propio pié.

La noche antes de la actuación , Dann  durmió en el sofá, mirando las estrellas y lo gracioso de la situación, es que estaba tranquilo hace unas semanas,  no podía pegar ojo, se quedaba en vela toda la noche, y el cosquilleo en la tripa no le dejaba respirar apenas, se había  cegado a tilas, y se había drogado con somníferos todas las noches, pero nada de ello servía para saciar su nerviosismo, en cambio esa noche, durmió como un niño pequeño, como si nada le perturbase, soñó con Sarah, ni el mismo supo porqué, pero ella estaba ahí sentada a su lado, dándole ánimos , y fue el sueño más dulce que había tenido en mucho tiempo.
Se despertó temprano, se fue a la cocina, y se preparó un delicioso té iceberg,  pastas que le había dejado la portera y aquel libro que sacó de la biblioteca, como ese mismo dice, y que el mismo hace referencia a otro, las familias felices, son todas iguales, pero las desgraciadas son cada una , a su manera.
Cuando se acabó el té, bajó, dio gracias a la portera por sus deliciosas pastas de nuez, y marchó feliz a observar Copenhague  realmente, si ignorabas el ruido de los coches la polución, el vandalismo juvenil, Copenhague era una bonita ciudad,  otra más del montón, pero  bonita.
Llegó al lugar de la actuación 4 horas antes de que comenzase, a las 5, y para su asombro, sus compañeros ya se encontraban ahí,  ensayando, Bea sonrió al verle pasar, Dann realmente deseaba que Bea encontrase a su padre, sería como un  regalo.
Dann se sentía feliz, así que con sus buenos propósitos, se acercó a hablar con el joven pierrot, al principio este se sentía un poco avergonzado, no parecía un chico muy hablador, pero al final, se soltó, y habló un rato con aquel escritor, que ya no parecía tan serio ni tan viejo.
Él joven pierrot, le contó que vivía en un orfanato desde que era un bebé, pero que como le tienen  cariño, le dejan salir siempre que desea, porque saben que va a volver, dice que él no es un niño normal, y que nunca lo será, porque nunca ha tenido padres ni amor de madre , y que por eso no entiende el mundo, que es extraño,  que en el fondo todos somos ignorantes a cerca de la vida, y de sus consecuencias .
Dann está petrificado, ese joven, es extraño sí pero sabe más de la vida, que mucha gnete
Dann simplemente dijo: razón no te falta hijo, razón no te falta





Quedaba una mísera hora para el estreno, todos estaban preparados, vestidos, maquillados, y perfectamente en condiciones.
30 minutos, el escenario estaba completamente en orden.
15 minutos Las pruebas de luces están realizadas
5 minutos, el público empieza a entrar.
60 segundos, los más preciados para nuestro viejo escritor, que grababa cada uno de ellos en su memoria, para luego pasarlos a su pequeña obra de arte.
 Y comienza la función.
Las luces se apagan, y un diminuto rayo azul alumbra al joven pierrot, sus  movimientos son extraños, largos y cortantes, y los realiza con gracia y empeño, la expresión de su cara es serena, pero feliz cuando tiene que serlo, su poco común danza impresiona a más de uno, y con un último salto que parece hacer que vuela, acaba en el exacto punto donde empezó sumiéndose en la oscuridad que vuelve a reinar en el escenario.
Segunda sesión de luces, aparece Bea, deslumbrante, primero se dispone a hacer un pequeño truco sencillo, pero abrumador, pide  a uno de los espectadores, que suba al escenario un hombre no más de 43 años, vestido con traje azul oscuro y gafas negras, le pide que por favor guarde la llave que cierra las esposas que se ha puesto en las manos, muestra sus manos aferradas sin capacidad de movimiento y  le pide que compruebe que no hay manera de abrirlo.
-Completamente selladas.
Ella le pide que coloque el pañuelo encima de sus manos, él lo hace, y un poco después, Bea  le dice: si hace el favor de quitar el pañuelo.
Debajo de aquella tela no había esposas ni nada,  solamente estaba un pequeño lazo de papel que ataba sus manos que con solo estirar se hacía pedazos.
El público quedó sorprendido, y el hombre bajó del escenario, comentando el truco un rato más con sus compañeros. Bea sale de escena
El otro chico muy delgado para su edad,  ¿saben que hace el? Es un asombroso traga fuegos, pero no solo eso, sí no que además, sabe crear dragones humeantes con un mero suplido, a cada soplido una asombrosa figura ardiente cruza el escenario, exclamaciones por todos sitios, el chaval, se retira de forma elegante y modesta.
Es el turno de Dann.
Un flashazo le deslumbra,  y esta vez, no era por ser aquel escritor de novelas, si no por ser, protagonista de su propia historia y de su propia actuación.
Sus manos se movían sin el decirle nada, todo salía de dentro, Luces de colores que impresionaban a cualquiera, un león salido de la nada, que de un momento a otro se había convertido en una taza de té, daba la sensación de que el olor a canela se esparcía por el teatro , pero cuando pensabas que era real, desaparecía formando un arcoíris que caía sobre el público, pero antes de llegar a tocarles había vuelto a desaparecer cual sueño, cual esperanza, cual sensación preciada.
Los momentos vivos como aquel, son los que hacen que la vida valga la pena, son los que al compartirlos, sabes que merece la pena vivir, por eso, cada persona debe hacer lo que le gusta, sin temer lo que digan los demás, porque cuando algo se hace bien  se hace bien y qué importa lo que dirán, para ti es la perfección material, porque en estos casos, la perfección existe.
Dann vio que el maestro le aplaudía sonriente desde una esquina del teatro. Dann se agachó ante el público, y bien erguido se marchó,  no como escritor danés, ni como ilusionista, si no como humano.

Ahora entendía, la esencia de los símbolos, la esencia de expresar, ya sea en comida sexo o, la gran estupidez que según Dann era el ilusionismo, sea  lo que sea, los símbolos funcionan.
Un movimiento de manos, una mirada, una sonrisa, o una lágrima, pueden ser entendidas perfectamente, porque son los símbolos que  significan un concepto determinado.
Tantas veces había despreciado Dann las expresiones faciales, siempre se había fijado en como hablaba, en su ropa, y su aspecto físico, ya que como escritor que era, para describirlo tenía que medir cada detalle con atención, pero ahora, ahora escribiría también las expresiones, cuando más observas a una persona más sabes de ella, por como reacciona ante comentarios o situaciones, puedes saber mucho de alguien sin conocerla  con el mero hecho de observar, los humanos somos completamente transparentes, pero también estúpidos y no sabemos ver lo que hay detrás de cada persona,  cuando lo conseguimos, ni siquiera has hablado con esa persona, suele pasar en la vida real, no solo en las historias que nuestro escritor escribía.  Y ahora lo entendía.
Marcaba su paso firme al salir, sonreía, Bea estaba sentada en la entrada, parecía triste, lloraba, como pensaba, su padre no estaba ahí.
Dann con intención de animarla le puso una mano en el hombro, Bea se apartó, Dann comprendió que necesitaba estar sola.
A Dann estas cosas le reventaban, contemplar la injusticia que se comete en esta maldita vida, que las mejores personas de este mundo son las que más sufren y no queremos darnos cuenta, por eso salió de nuevo al escenario, cuando la gente estaba aún comentando, la actuación, tomó el micro, carraspeó.
-Atención todos por favor- Escribía genial pero hablar, hablaba como nadie- Alguno de los que está aquí, es ilusionista procedente de España.-Unos seis hombres levantaron la mano- Alguno de ustedes tiene una hija- solo quedaron dos hombres- Que se llama Bea.- Y un hombre alto delgado y elegante se quedó solo en la sala con la mano levantada.
-Pero mi hija está en España.
-No, su hija está aquí, Bea por favor.
Bea salió al escenario observando al hombre que se encontraba ahí, de pié, al hombre que hacía años que no veía, y que aun así recordaba, porque cuando realmente quieres a alguien por mucho tiempo que pases sin verla, sigues sabiendo que es él.
Dann no contempló la escena, no quería, estaba feliz con sus hechos y se marchó del escenario,  y del auditorio.
El maestro estaba a la puerta, mirando la calle, parecía triste.
-¿Qué le ocurre maestro?, ¿no le ha gustado la actuación?
-no  Dann, no es eso, es que siempre he querido que Bea encontrase a su padre, y se que sonará egoísta, pero no quería en realidad, porque se marchará , para siempre, y ella es una alumna brillante-
Dann no sabía cómo contestarle a eso, y el maestro lo sabía, así que salió de allí, caminando hacia casa, estaba lejos pero no le apetecía meterse en un taxi.
Sus zapatos de charol chocaban contra el suelo, desprendiendo pequeñas piedras del camino, hacía frio, pero eso a Dann no le importaba, le importaba que iba a hacer ahora, había sido una experiencia inolvidable, pero cree que debería acabar, así eran las cosas, no se puede seguir con una locura de por vida ¿no?.
Tenía que tomar una decisión y pronto,  su libro se estaba aún formando, y debía terminarlo, pero, podría continuar buscando otras cosas, que añadiesen segundos, que añadiesen momentos.
Si fuese joven, todo habría sido más fácil, un amor, una tristeza, pero ahora, ¿Qué podría pasarle ahora?
Dann miraba a su alrededor, calles sin nada más que calles, todo lo que había le resultaba con poco sabor, ¿podría el famoso escritor Danés escribir sobre ello? ¿Realmente podría?

Puede que sí, pero le costaría sudor, sangre y  lágrimas.
Veía a la gente pasar, sin fijarse en sus caras.
Tenía que tomar una decisión.
Se repetía mil veces, pero  le daba miedo, le daba miedo perder lo que tanto tiempo le había costado recuperar… ¿Y si volvía a perderlo?
Acabaría por volverse loco, loco de remate.
Todas las veces que había sentido que perdía la cordura, era por cuestiones de trabajo, pero ahora ¿Qué coño le pasaba?
Si, dejaría la Magia para siempre, el era un hombre serio, un poco de diversión le  había venido bien de verdad, había echo despertar aquello que hacía tiempo se había dormido.
Aquello que había hecho de su vida algo importante, algo bueno.
Pero ahora estaba solo sin nadie con quien compartirlo, otra vez más se acordó de Sarah, no sabía por qué, pero últimamente no paraba de pensar en ella sería porque  ¿se estaba haciendo viejo más rápido de lo que creía?, la vida pasa demasiado rápido , es demasiado corta, Dann pensaba así, todo era una pérdida de tiempo.
¿Para que vivir si luego todo va a acabar?
Porque es bonito, es bonito el empezar, es bonito el acabar, a cualquiera llamaríais loco, si os dijese que los finales son bellos.
Pero pararos a pensar, el final de una película te deja con un buen sabor de boca, el final de una relación fallida, es un paso más para encontrar a la persona que te hará especial, el final de una discusión, es dejarte elevar por el alivio, y el final de una vida, es la prueba  de que has estado ahí, y que ha sido real, y que sabes que te recordarán.
Por eso los finales son bonitos.
Como en este caso el final de Dann y el ilusionismo, era bonito, haberlo pasado no había sido un error, si no que todo lo contrario, había sido algo que lo había impulsado a seguir adelante, pero debía terminar, acabar.
Todo debe acabar.
Así  que Dann fue a su casa, encendió la radio, se tumbó en el sofá, y volvió a sus antiguos vicios, sacó un cigarro, lo encendió con su Zippo de edición especial de una de esas colecciones, y cerró los ojos, recordó su vida, recordó su pasado , su familia sus hermanos y su madre, y a aquel cachorrito llamado Max, recordó la muerte de su padre, y la de su madre, recordó el ascenso a jefe general de la cadena de los supermercados de su hermano.
Recordó el momento en que perdió a Sarah, y se quedó así dormido recordando su vida pasada.



Cuando despertó le dolía la cabeza, la radio se había quedado puesta, un aire helador que pasaba por la ventana le hizo estremecer.
Se levantó y cerró la ventana, apagó la radio, y dedicó un tiempo a leer aquel libro, la elegancia del erizo tenía que devolverlo en un par de semanas, así pasaban las horas de aquel día, lentas entre páginas y té, páginas y té.
Si hubieseis visto a Dann, en ese momento, daba una expresión Cálida y tranquila.
Una vida de un hombre sabio, y bueno que se basaba en lo que el mismo Dann quería, y se sentía bien, por fin, a sus 46 años de edad, era lo que quería ser y tal como quería ser.
Su último libro estaba a punto de terminarse,  había vivido muchas cosas y muchos segundos  que habían merecido la pena.
Tantos, que ni él mismo podía tener cuenta de todos, pero de momento su libro era como un reloj, tenía segundos para dar y tomar, y más sensaciones que cualquiera de nosotros, cada segundo contenía una sensación propia, alguna que ninguno podríamos descubrir.
Por eso el libro segundos y sensaciones, era el resumen de la vida de Dann, contado no por años, ni por días, si no cada segundo.
Porque  el no quería aburrirles con una historia sosa y fea.
Si no contarle lo bello y especial, lo que tenía sustancia y nos haría sonreír a todos en momentos de amargura, en este caso Dann quería ser esa persona.
Pero esto, es solo un ejemplo porque , no tiene porqué ser Dann, puede ser cualquier persona, una persona que de veras sepa  cómo eres y quien eres.
Dann, pensaba, pensaba mientras leía, sus pensamientos parecían rebotar en todo el caserón, terminó el capítulo, y cerró el libro, se subió las gafas, miró el montón de papeles que estaba escribiendo y a su Olivetti, miró el reloj, era tarde, todos se habrían ido a casa.
Se levantó del sofá, cogió como pudo su máquina de escribir, abrió ruidosamente la puerta, y caminó con paso firme  , corría mas bien, iba en dirección a la academia, miró a ambos lados para ver que nadie le observaba , cogió la llave que estaba debajo de la alfombra y abrió la puerta, Subió despacio las escaleras, y se sentó en medio de la sala de ensayos, quería terminar su carrera como ilusionista, y terminar su libro en el mismo sitio donde ambas habían empezado, todo parecía estar en el lugar adecuado, pero  de lo que él no se percataba ,es que alguien se estaba acercando a la academia..
Dann escribía con frenesí, las letras negras y húmedas se marcaban sobre el papel, apenas unos pocos renglones más y habría terminado.
Abajo en la academia, otro hombre conocía donde se guardaba la llave, entró, y roció una sustancia inflamable en la parte inferior,  tiró su cigarro, todo empezó a prender, el fuego iluminó su cara, y Dann pudo ver desde arriba que era aquel ex alumno que vino a la academia aquel día, Dann iba a morir, él mismo lo sabía, pero no tenía miedo ni sentía tristeza, terminaría su libro, las llamas empezaron a consumirle, y ahí terminó su vida como última imagen, aquellas antenas parabólicas que por fin las vio despegar , y El escritor danés escribió su último libro, que las egoístas llamas querían quedarse para ellas mismas, seguramente el ex alumno no quería matar a Dann, pero él estaba en  el lugar y el momento equivocado, pero así son las cosas, el escritor Danés, cumplió el sueño de escribir un último libro que jamás nadie podrá leer, porque nació  y murió en el mismo sitio, solo quedó una frase del final que encontró el maestro y adoptó como lema..
Porque  todo se basa en eso, en segundos y sensaciones.

miércoles, 15 de febrero de 2012

7.Estaciones

Estaciones de tren, de autobús o de metro, que de historias esconden en su interior, cada persona allí presente con un destino diferente , o en el caso de que dos personas coincidan en el destino no será con un mismo objetivo, pero no es solo lo curioso de el asunto el hecho de que las personas con diferentes posibilidades de viaje, o de historias que llevarán acabo al terminar el viaje , si no las propias historias que se crean allí dentro, las despedidas, los reencuentros, o las miradas espontáneas con algún que otro viajante que no conoces de nada, pero que seguramente podrías catalogarlo como personaje de libro.
Hablar de las despedidas es triste, decir adiós ,  o aunque sea un hasta pronto, es como dar un trocito de ti , y echarlo a las vías de acero que luego serán atropelladas por una tonelada de tecnología andante. El chirrido de las ruedas parando en la estación , y el sonido de las puertas al cerrarse llevándose así una sonrisa que se queda guardada en el andén hasta el regreso y el rencuentro de los abrazos de los recién llegados.
Cuanto sabré yo de despedidas, las he vivido a flor de piel, muchas veces, mirar en el mar de una mirada que dice adiós es ahogarse en lo mas profundo de uno mismo , y entonces la impotencia te empieza a subir por las piernas como una descarga eléctrica.
Pero no me voy a poner sentimental ahora a hablar de lo mal que se pasa al ver partir a alguien , pues todos lo sabemos ya, quisiera contaros ahora, aquello que comenté antes de los desconocidos.
Yo que soy muy dada a la escritura más de un relato he hecho ya, y no te voy a mentir diciéndoos que todos los personajes provienen de mi pura imaginación, he de admitir, que muchos son desconocidos que se sentaba delante de mi en un avión, un tren o incluso el conductor de el taxi que nos paseaba a mi padre y a mi en Istambul el año pasado.
Esos personajes pintorescos,a los que te dan ganas de interrumpir y pedirles que te cuenten su vida.
Por eso me gustan tanto las estaciones de tren, estás como en un limbo alejado de la preocupación pues ya tienes aclarado dónde vas, y cuanto tiempo queda, y estás allí sentado esperando a que una voz programada diga eso de : último anuncio para los viajantes con destino .... Y cualquier lugar de nuestro planeta.
Por eso las disfruto tanto, me gusta llegar allí con media hora de antelación y quedarme mirando a las personas, tanto sean conocidas o no , es bonito el ver actuar a la gente cuando no sabe que se les observa, pues ves como su personalidad se les escapa por los poros de la piel, y se funde con el alboroto de bolsas de gominolas,coca-colas,y algún que otro cigarrillo del jóven adolescente que espera que el tren le lleve de vuelta a casa.

domingo, 29 de enero de 2012

6. Lui.

Viste una sonrisa mi boca cuando aparece, que alegría de corazon dan sus palabras, cuan felicidad embarga hablar con alguien así , a kilómetros de distancia escuchando In a sentimental mood de John Coltarne , con un Rainy Mood natural provocado por irlanda, con el humo de un cigarrillo , ya vicio de ambos , y con un sonrisa en todo el cuerpo al saber que volveré, y que cuando lo haga, sus palabras las oiré de primera mano y su abrazo estará esperándome, diciendome por fín, por fín estoy en casa.
Que él dice que acabaré hartándome de su presencia, y agotada de su compañía, pero eso es demasiado incierto , pues lo antojo imposíble . Con John Frusciante en los oidos y él en el corazón es imposible no echar de menos algo así , que como dice Miles Davis con sus acordes , So.. what , ahora qué, no me voy a cansar nunca de escucharle, de su esencia sentada en un sofá esperando a mi regreso, con una guitarra entre las manos y una canción auténticamente suya, que me hace volver sin yo prepararlo a mi hogar.Que el tiempo pase , jamás se me hizo tan ameno, a veces no queremos que el tiempo corra, pero en este momento, en esta situación sí , no hay cosa que mas desee ,que volver a sentirle cerca, de decirle lo bonito que es él, y que se ruborice encerrando su cara entre las manos.
La verdad , no puedo pedir más, pues soy yo  a la que la verguenza ataca cada vez , que alguna frase acaramelada se escapa de mí, y me doy cuenta de que no estoy acostumbrada, a ello, no estoy acostumbrada a él. Y quizás, quizás es eso lo que me encanta, y lo que me hace sonreir a la vida y al reloj que segundo a segundo me devuelve a la esencia de una tarde de café, con humo, y con él.

miércoles, 25 de enero de 2012

5. El mar de la soledad

Como peces, en el mar.
Somos millones de personas en el mundo este , que por debilidad nunca nos aterra el hecho de estar solos, ya  que es muy difícil estarlo , pero a veces nos sentimos tan aislados incluso estando rodeados de millones de personas, esos momentos en los que te das cuenta de que nadie realmente merece la pena , que nos sentimos solos porque no nos sentimos amados, y no hay nada mas triste que el hecho de no tener un abrazo amigo o un tierno despertar sabiendo que en algún lado del planeta hay alguien dedicándote un pensamiento de amor, de amistad, de calor. Pues el hecho de saber que hay alguien esperándote en otro sitio te hace mas ameno el hecho de estar lejos, si lo escribo yo, a kilómetros de mi ciudad, de mi sitio, donde supuestamente tengo a mis amigos, pero muchas veces me pregunto si e verdad tengo a alguien ahí esperándome, si de verdad  alguien me dedica un pensamiento de ternura y calidez por el mero hecho de que me echan de menos, siempre me gustaría saber quien , y que siente la gente por mi, si de verdad les importo,  y creo que nunca lo sabré, pues somos así , nos hacemos a la idea de que tenemos siempre a alguien, pero ahora te digo con experiencia que no estoy tan segura de esto, no estoy tan segura de que los que afirmaban quererme me dediquen un segundo en sus mentes... Y es triste la verdad, es triste que haya que irse lejos para entender el valor de un abrazo, el valor de un pensamiento.
Y doy gracias a aquellos que me dedican segundos, aquellos que no se olvidan de mi esencia, de quien soy, gracias , de verdad.
Y es el mejor regalo que podéis hacerme. Un segundo de calidez en vuestras mentes.


- La soledad del estúpido no tiene cura.

miércoles, 11 de enero de 2012

4. Wish you were here.

Que es extraño es el corazón que va siempre al ritmo de canción. Depende de lo que te entre por el oido el corazón se pone a bailar de uno o otro modo, y además cuando se lleva bien con la razón a los dos les da por empezar con juegos macabros y cuando corazón está triste mente se dedica a decidir que quiere escuchar la mas triste de las canciones.
El por qué de mi entrada se remiate a esta canción, wish you were here. Deseo que estés aquí, y cuán cierto es que lo deseo , el corazón vibra por dentro de ansias de tenerlo delante, y conseguir la cura de este mismo, que ya es hora, que basta ya de pequeños analgésicos que lo mantien fuerte y seguro, yo lo que quiero es la cura definitiva, yo quiero sentir otra vez sin temor al dolor.
Que como digo yo, la vida es una enfermedad incurable y cada uno se busca su pequeña dosis para llevarla mas amena...
Quien porte ese segundo que me hará cambiar, quien me hará sonreir, quien me hará ser quien soy...
y creo que lo estoy empezando a tener claro. Pero por desgracia está lejos, a kilómetros...
He de ahí los acordes que me transportan a su ser, .. wish you were here.. wish you where here...

martes, 10 de enero de 2012

3. Curiosa infancia

Desde siempre de pequeña he tenido muchas manías y muchos gustos que no cambiarán nunca.
Como mi terror por las escaleras mecánicas, y quien sabe de este temor, el 99% piensa que es absurdo, el otro uno porciento, lo encuenra gracioso, o en el peor de los casos "alternativo", pero en fin, el pavor que yo siento al ver los monstruos mecánicos con sus afilados y brillantes dientes esperando a que pongas un pie dentro para devorarte en las alaturas , eso lo siento desde siempre , al igual que mi odio hacia los vestidos y mi amor por las bolitas de anís .

Son manías y pasiones de gente pequeña, que aún cuando crecen siempre recuerdas y sigues manteniendo, haciendolas grandes , la mas curiosa de mis manías era la que yo de nominaba, la piedra del hada.(Suena a título de Laura gallego )
Esta manía mía es muy peculiar, y debido a que mi parte favorita de llegar a casa siempre ha sido quitarme los zapatos, ya que he de reconocer que nunca  he tenido mucho aprecio a este invento, yo desarrollé un sistema absurdo pero a su vez eficaz de que fuese aún cien veces más agradable. ¿Que qué es lo que hacía? Muy sencillo, cojía la denominada piedra del hada, una piedrecita cojida cualquier día en el campo de recreo, y me la metía en la zapatilla, la cual yo iba notando y notando todo el camino, ahora siempre me recuerda a aquello de la princesa y el guistante, pero bueno eso es otra historia y ni siquiera es mía. El caso es que yo durante el camino notaba una pequeña molestia en la planta del pié, y así caminando mi pié lo seguía notando, hasta que llegaba a casa y tachán, maravilla y confort poblaba mi cuerpo al quitarme las zapatillas, andar por casa descalza sin ese pequeño bulto en mi talóna, era como caminar por las nubes incluso cuando en mi casa aún teníamos las frías baldosas blancas.
Ahora os preuntareis ¿Y por qué nos cuenta todo esto? Y mi respuesta es, porque a lo largo del tiempo, he escubierto que, cierto es, que cuando una angustia,un mal sueño o un impedimento, tanto sea una piedrecita, como un corazón roto, siempre el hecho de superarlo da muchísimo mas placer y felicidad que solamente ignorarlo.


-Por cierto, Lo de la piedra del hada es verdad, es una manía que jamás perderé.